Desde primera hora comenzamos la gran ruta por la isla. Vamos a subir al Teide parando en distintos miradores. Arriba disfrutaremos de estar al pie de la montaña más alta de España.
Por la tarde bajaremos por Vilaflor, "a la volcá" del Teide, para volver por la costa sur. Como dice la canción "desde la cumbre bravía, hasta el mar que nos abraza"
Nuestra primera parada en el Mirador de Chipeque. Cuando llegamos se veía un poco el Valle de La Orotava pero pronto se ha cubierto. Una pena no poder disfrutar más del paisaje, pero hemos podido entender mejor lo que es la lluvia horizontal.
La segunda parada ha sido para admirar lo que llaman La Tarta, un corte en el terreno para que pase la carretera que deja al descubierto estratos de diferentes colores: fresa, nata, bizcocho,...
Hemos llegado al Centro de Visitantes del Portillo. Después de visitar la exposición permanente y ver un vídeo sobre Guayota, el demonio que duerme en las profundidades del Teide, hemos dado un paseo. Nos han explicado cosas interesantes sobre la vegetación de la zona y hemos estado muy atentos, a pesar del frío.
Seguimos camino hacia la base del volcán. A ver si teníamos suerte y las nubes nos dejaban ver la cumbre.
Ha sido impresionante. Todo el camino ha estado cubierto y, de repente, ha aparecido delante de nosotros. Es grande, majestuoso, elegante, una pasada, alucinante, qué guapo, es enorme,... Todo eso se nos ha ocurrido.
Y, cómo no, nos hemos hecho una foto en la piedra que salía en el billete de 1000 pesetas.
De ahí hemos comenzado a bajar de la cumbre de la isla. Ahora íbamos hacia el sur y hemos llegado a Vilaflor, el pueblo más alto de España. Un pueblecito precioso con un pino tan gordo que lo tienen protegido. Es tan gordo que para rodearlo hemos tenido que ponernos 10 cogidos de la mano.
Bueno seguimos que aún nos queda mucho camino. Vamos hacia El Médano y Candelaria. Si nos da tiempo.
